Resinera-Almijara (Parque Natural Tejeda, Almijara y Alhama)

La superficie total del terreno de gestión pública asciende a 13.620 ha:

Las cumbres del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, en el que se encuentra incluido el coto, hacen de frontera natural entre las provincias de Málaga y Granada.

Presenta un paisaje espectacular con picos de más de 2.000 metros como es el caso del Navachica o la cercana cumbre de La Maroma (2.065 m.s.n.m), desde los que es posible divisar las costas africanas. Ríos y arroyos descienden rápidamente por las laderas de estas sierras, ofreciendo espectaculares saltos, como Los Árboles Petrificados, donde el agua caliza mineralizó antiguos troncos. En otros casos, las aguas dan lugar a algunos de los desfiladeros más impresionantes, llamados en este lugar Cahorros. Los ríos Verde, Cacín, Cebollón, Añales, conforman una red hidrográfica propia y única que aporta gran humedad y frescor al entorno de la cara Norte, además de una enorme biodiversidad fluvial conformada por nutrias, trucha común o cangrejo de río autóctono entre otros.

Aunque en este espacio confluyeron diversas culturas, las tres sierras tienen una marcada herencia musulmana, con pueblos blancos repartidos por valles y sierras de difícil acceso. El poniente granadino conserva la huella de los últimos reductos nazaríes en España. Sus fértiles tierras, ricas en la producción de frutas tropicales como las de Otívar, marcan su gastronomía. Tradicionales son los potajes de la sierra, la carne de caza, el choto o la elaboración de artesanales quesos de cabra. Por otro lado, Alhama de Granada cuenta con un interesante conjunto monumental y etnográfico, de origen romano, andalusí y morisco, con fachadas de cal y retorcidos arcos, escalinatas y torreones.

El coto público Resinera-Almijara empezó a gestionarse por la Agencia de Medio Ambiente en el año 2009, primando la conservación de las especies y los hábitats al estar incluido en los límites del PARQUE NATURAL SIERRAS DE TEJEDA, ALMIJARA Y ALHAMA. Dicha labor de conservación, centrada en obtener densidades adecuadas de cabra montés, ciervo y perdiz han contribuido asimismo a aumentar notablemente la calidad. En este sentido destacan los trofeos acarnerados de cabras montés, singularidad propia de estas sierras.